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Treinta y cinco nuevas bicicletas recibirán una segunda vida en Azzarzan, Ifoulou y TasseInte tras la última donación de Bicis para la Vida by ŠKODA
El proyecto Bicis para la Vida by ŠKODA que impulsan la Fundación Contador, la firma automovilística checa ŠKODA y la Fundación Seur ha regresado a las ásperas geografías del Alto Atlas Marroquí para concretar una donación de 35 bicicletas en tres enclaves del Valle de Tessaut. Hasta 26 bicicletas fueron entregadas en la aldea de TasseInte, otras 8 se quedaron en una asociación vecinal creada en Ifoulou para su gestión y una última, muy especial, se quedó en Azzarzan para ayudar a un niño con diversidad intelectual.
Entornos montañosos duros, rutas sinuosas y complejas. En el proceso colaboraron de manera muy activa, y por primera vez en suelo marroquí, dos miembros de la AMP que tan intensamente colaboran con la puesta a punto de las bicis. “El proyecto Bicis para la Vida by ŠKODA nos ha permitido dar una formación laboral en mecánica de bicicletas, ha sido una evolución a nivel formativo para nuestros talleres y actividades”, señala Mario Sánchez, técnico de la AMP. “Y por supuesto a nivel de experiencia vital. Para los chicos es todo un boom porque ellos, que como personas con discapacidad reciben, ellos descubren que también con su trabajo dan. Y dan mucho. Este viaje les ha desbordado desde un punto de vista de emociones: conocer otra cultura, otro entorno, otros niños… Muchos sentimientos, más a flor de piel todavía, que hacen explicar con palabras todo lo intenso que hemos vivido durante esta experiencia”.
Hafid El Rhadiouini, el interlocutor de Bicis para la Vida en territorio marroquí, ha vuelto a ser fundamental en el buen desarrollo de una expedición que estableció en Tagulast su base de operaciones. “Este proyecto está impulsando cosas muy bonitas”, asevera. “Imagínate esos niños, o incluso ese señor, qué descubren por primera vez algo que, como mucho, han visto en alguna televisión. Esos sentimientos que afloran ante algo que es nuevo para ti. Una cosa impensable, que ni se planteaban, llega a sus vidas. Y lo empiezan a usar para muchas cosas importantes. Los niños y niñas de Azzuarzan viajan a la escuela en un pueblo cercano en bici, y allí el maestro ha preparado una zona para guardarlas mientras duran las clases”.
El Rhadiouni se encarga de tener conocimiento sobre el terreno del uso que se le dan a las donaciones. “Como en Azzarzan las casas están muy desperdigadas por las laderas, se ha habilitado un garaje donde se guardan todas y una persona, a la que le enseñamos cómo, se encarga de mantenerlas a punto para el día siguiente. Cuando no hay clases, los más pequeños las aprovechan como medio de ocio. Alguna bici se usa para el aprovisionamiento de agua. En el pueblo se siguen usando burros para ir a las fuentes, que están lejanas, pero con la bici se ha acortado el tiempo empleado; y ese tiempo se dedica a la comunidad”.
“Para ŠKODA participar en este proyecto es un placer y un honor, significa mucho para nosotros. Somos una marca que nació hace 130 años reparando y fabricando bicicletas. Y esta iniciativa es una vuelta a nuestros orígenes; un retorno con un objetivo social, de cooperación, de ayuda”, señala por su parte Joan Massallé, responsable de patrocinios de ŠKODA y presente también en esta expedición. “Siempre decimos que ŠKODA es ciclismo. Por eso nos gusta estar en todo aquello que hay alrededor del mundo de la bici, desde la alta competición como el Tour de Francia o la Vuelta a España, a pruebas amateurs o cooperaciones con embajadores y ciclistas profesionales. Esta pata de Bicis para la Vida by ŠKODA seguramente no es la más conocida, o la que más repercusión en grandes medios tiene, pero es de las que más satisfechos y orgullosos estamos. Esperamos que con nuestra ayuda e involucración se pueda seguir esta labor y que la gente sea consciente de la ilusión y felicidad que los habitantes de estas aldeas nos transmiten con las donaciones. Estamos muy contentos de aportar nuestro granito de arena para que este proyecto pueda seguir adelante”.
“Otra experiencia muy bonita, y es también interesante, ha llegado en una de las aldeas: donde destinan alguna bici, además de para el uso cotidiano, a usos turísticos con los que se generan unos ingresos que se destinan a la comunidad. Con ese alquiler la asociación consigue dinero para acometer algunas mejoras en la aldea o destinar partidas a los transportes para las visitas médicas u hospitalarias de algunos niños”, aporta Hafid. Paco Romero, responsable del Area Social de la Fundación Contador, señala: “Esta iniciativa es ilusión. Y esta es la palabra que define Bicis para la Vida. Ilusión por las caras de los niños, ilusión por la reacción de la gente, ilusión por la pasión de los chicos de la AMP, ilusión por todo lo que conlleva a nivel de preparativos… No es fácil, surgen mil problemas y otros tantos por el camino, pero la ilusión es más poderosa y siempre todo encuentra solución». «Hay mucha gente que me llama y me pide, por favor, acordaros de nosotros. Con paciencia, con tiempo… todo el valle, todos sus niños, tendrán sus bicicletas”, concluye El Rhadiouini.
Alberto Contador ha vivido jornadas muy emotivas, con momentos y situaciones muy especiales durante las entregas. “Ha sido una experiencia increíble que te hace pensar mucho. Viajas a una realidad totalmente diferente en la que lo minúsculo, lo que puede pasar desapercibido en nuestra sociedad, aquí se valora de una manera impresionante. Es bonito ver como en Azzarzan, donde ya se hizo una donación hace unos años, las bicis están muy bien gestionadas, son un bien del pueblo y todos las cuidan y las emplean para cometidos que son un bien común para todos…. Y ver a los niños te impacta, te llega al corazón, te emociona”.
[📷 Marian Molina]