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#BicisParaLaVidaBySKODA

Bicis para la Vida by Škoda retornará a las aldeas del Alto Atlas de Marruecos durante 2024

El corazón se le encogía al planeta en los primeros días de septiembre por una nueva manifestación de las fuerzas desatadas de la naturaleza. Un terremoto con epicentro a unos 70 kilómetros al sur de la turística Marrakech dejaba más de 3.000 muertos, una multitud de heridos e incalculables daños materiales provocaba unos enormes daños humanos y materiales en muchos puntos del país, con especial devastación, dentro de la región de Marrakech-Safí, en la provincia de Al-Haouz. Y con severos impactos también en prefecturas de las vecinas regiones de Draa-Tafilalet y de Beni Melal-Jenifra.

Zonas de accesos complejos y difíciles en las que muchísimas aldeas y enclaves rurales se desmoronaron por la violencia del seísmo. Entornos bien conocidos para nuestro proyecto Bicis para la Vida by Škoda, iniciativa que viene dándole una segunda vida a bicicletas que ya no se usan en estos entornos geográficos donde las monturas cobran un nuevo valor y prestan un enorme servicio a sus habitantes, especialmente a los niños.  Un trabajo que se quería volver a realizar este año, con algunas emotivas acciones paralelas, pero que esperará algunos meses más para poder concretarse.

En Bicis para la Vida by Škoda se venía trabajando en una nueva expedición con el apoyo adicional de AURUM Bikes prevista para los últimos días del pasado mes de septiembre. Tras el seísmo, como no podía ser de otra forma y ante la necesidad de otras actuaciones prioritarias, el viaje se congeló con vista a ver cómo evolucionaban los acontecimientos y retomarlo a finales de octubre o noviembre. Y aunque la situación es afortunadamente mucho mejor, las necesidades burocráticas de este tipo de experiencias y el sentido común de que sobre el terreno hay actuaciones más prioritarias aún pendientes, sugiere e invita a su aplazamiento hasta el próximo año.

El amigo Hafid El Rhadiouini, el enlace del proyecto en territorio marroquí, ha podido recorrer parte de los territorios y, poco a poco, las noticias son mejores. “Las autoridades reaccionaron muy rápido para que hubiera unos servicios mínimos de agua y comida para los habitantes y para iniciar cuanto antes la reconstrucción de las casas. Las familias están bien. En varios pueblos afortunadamente los daños se han centrado en algunas áreas, no en su totalidad. Toca seguir trabajando para completar la reconstrucción”, relata.