“Me preocupé cuando intenté coger la taza y mi mano no me respondía”
Angélica Pérez era una de las protagonistas de un completísimo reportaje de la periodista Esther Armora, desde Barcelona, para ABC en el que se abordaba la reducción de la edad que se ha detectado en muchos casos de ictus, así como el acaecimiento de casos sin margen de anticipación posible por el colapso del sistema sanitario durante muchos momentos de la pandemia.
Pérez sufrió un ictus en septiembre de 2020 después de unos meses sometida a mucho estrés en su día a día. “Todo fue muy rápido. Me levanté para prepararme un café y noté un hormigueo en mi mano, luego sentí que mi visión empezaba a afectarse. Me preocupé cuando intenté coger la taza y mi mano no me respondía. Solo lloraba, pero no podía gritar. Logré con gran esfuerzo llegar a mi cama, me estiré con el móvil encima y vi que me llamaba un amigo. No sé cómo, pero pude descolgar, y gracias a ello sigo con vida”, recordaba.
El doctor Jaime Masjuán, uno de los expertos consultados en este trabajo periodístico, mostraba su preocupación por el creciente mayor impacto de esta enfermedad en un universo población cada vez más joven. “Hace diez años la incidencia del ictus en pacientes de estas edades era de uno de cada ocho, actualmente ha subido a uno de cada seis”, indica Masjuán.
El artículo de Esther Armora puede leerse en este enlace.
